Eileen

sábado, 10 de abril de 2010



 Deseamos, al ver películas románticas, ser la protagonista. La mujer perfecta y hermosa de la que toda mujer tendría envidia, la de carácter simpático, alegre, cuerpo de modelo, con sonrisa y ojos que se clavan en el alma; o el protagonista que sabe lo que quiere y lo consigue, que sin importar lo que haya pasado corre tras su hermosa dama para no dejarla ir, el galán perfecto, optimista, súper romántico, detallista, inteligente, pero además sincero y fiel pase lo que pase. Ambos enamorados profundamente hasta la eternidad.
Y así, después de querer ser la protagonista deseamos muy dentro de nosotros llenarnos de felicidad por siempre, tal como en la película.

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